El océano Ártico: un futuro en peligro

A medida que el casquete polar se derrite, las compañías de exploración de gas y petróleo ejercen presión para realizar actividades de perforación en zonas cada vez más profundas de este hábitat silvestre de máxima importancia.

El océano Ártico es uno de los lugares más espectaculares de la Tierra debido a sus seres vivos, pero todavía hay mucho por aprender de este vasto ecosistema. Si bien el clima es hostil durante el invierno, con vientos huracanados y un nivel del mar de 6 m con desplazamiento del hielo oceánico, estas aguas ofrecen un hábitat virgen para millones de aves migratorias y miles de mamíferos marinos, como osos polares, focas árticas, la ballena de Groenlandia (en peligro de extinción) y la morsa del Pacífico.

Todavía estamos aprendiendo acerca de las intrincadas relaciones entre los seres vivos y el océano en estas aguas remotas. Con tanto por aprender, es difícil hacer una evaluación completa sobre los riesgos que implica la perforación de petróleo y gas fuera de la costa.

El mar de Chukchi

El mar de Chukchi, en la costa del noroeste de Alaska, es uno de los ecosistemas oceánicos más productivos del mundo. Su vasto lecho marino, poco profundo, y su cubierta de hielo estacional ofrecen nutrientes y un hábitat virgen para un sinfín de organismos, desde morsas, focas árticas y ballenas hasta millones de aves marinas, pasando por el principal mamífero depredador: el oso polar.

Las bahías, las ensenadas y las desembocaduras de los ríos que rodean el mar de Chukchi ofrecen áreas de reproducción, alimentación y descanso para millones de aves costeras, marinas y acuáticas. Al menos 15 especies de la Lista de Vigilancia para Alaska de Audubon utilizan el mar de Chukchi, entre ellas el eider de anteojos, que se encuentra entre las especies amenazadas de acuerdo con la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA, por sus siglas en inglés), y el colimbo de Adams.

En el mar de Chukchi y su costa existen unas 12 Áreas de Importancia para las Aves que son claves a nivel global y continental. La bahía Ledyar, una IBA al sur de las áreas propuestas de arrendamiento para actividades de extracción de petróleo y gas, es un hábitat crítico para el eider de anteojos, una especie amenazada. Alrededor de 33.000 ejemplares de eider de anteojos, además de 500.000 ejemplares de eider reales, se alimentan de moluscos y otros organismos de los eslabones inferiores de la cadena alimentaria en las aguas superficiales de la bahía. Casi todos los eiders reales en proceso de reproducción migran a través de esta región y buscan alimento allí antes de dispersarse a las áreas de reproducción de Canadá y Rusia y a la pendiente norte de Alaska.

En el mar de Chukchi también viven pequeñas poblaciones de mérgulos piquicortos. Se han encontrado nidos tierra adentro, en las montañas DeLong, y a una distancia de entre 60 y 80 km de la costa. La población de mérgulos piquicortos se ha reducido drásticamente durante los últimos años. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE. UU. decidió no incluir al mérgulo piquicorto en la ESA, pero aún queda por ver cómo el cambio climático afectará a esta especie.

El mar de Chukchi es el hogar de alrededor de la mitad de los osos polares de los Estados Unidos (alrededor de 2.000 ejemplares, o un décimo de la población mundial). El rorcual común y la yubarta, especies amenazadas, y la ballena gris, que anteriormente también estaba amenazada, se alimentan en las aguas superficiales del mar de Chukchi. Hasta 3.500 belugas utilizan la laguna Kasegaluk, cerca de punta Lay, para alimentarse, dar a luz y mudar su piel. Además, la mayoría de las ballenas de Groenlandia (especie amenazada) del océano Ártico occidental, el recurso cultural y de subsistencia más importante de muchos residentes originarios de la pendiente norte de Alaska, migran a lo largo de la costa de Chukchi.

El mar de Beaufort

El mar de Beaufort, que forma parte del océano Ártico y se encuentra en la costa norte de Alaska, al este de punta Barrow, es un ambiente marino rico que da sustento a muchas aves costeras migratorias, además de aves y mamíferos marinos. Entre las especies de aves en la Lista de Vigilancia para Alaska que dependen de esta área se encuentran el colimbo de Adams y el colimbo chico, la barnacla, el eider común, el eider de anteojos y el eider real. A lo largo de la planicie costera y fuera de la costa existen siete Áreas de Importancia para las Aves que son significativas a nivel global. Los mamíferos marinos que habitan en estas aguas son el oso polar, la foca barbuda, la foca ocelada, la foca manchada, la morsa del Pacífico, la ballena de Groenlandia y la beluga.

Muchas especies de aves que migran a la pendiente norte para reproducirse en el verano lo hacen a través del corredor de Chukchi y luego alrededor de punta Barrow; en el otoño, hacen el recorrido en sentido inverso. Este corredor primaveral y otoñal de migración y descanso también es utilizado por toda la población reproductiva de eiders reales del oeste de América del Norte. Esta especie se encuentra en la Lista de Vigilancia de Audubon debido a la reducción en su población. El colimbo de Adams y el colimbo chico migran desde las áreas de invernada en Rusia a través de este corredor en mayo y regresan a Rusia en octubre haciendo el recorrido inverso. Distintas especies de aves costeras descansan a lo largo de la costa noreste de Chukchi en grupos concentrados. En la bahía Peard, más de 56.000 aves costeras, la mayoría falaropos de pico grueso, se trasladan durante la temporada posterior a la reproducción. En la laguna Elson, hasta 418.000 aves costeras que ya se han reproducido se detienen durante la migración de otoño.

Un mapa acerca de la importancia del mar de Beaufort

Audubon Alaska y sus socios confeccionaron un informe detallado por medio de la elaboración de un mapa con las áreas de mayor importancia para la vida silvestre en el mar de Beaufort. Incluyeron los peligros que conlleva la perforación de petróleo y gas: Opiniones sobre el arrendamiento con opción de compra 242 para extracción de petróleo y gas en el mar de Beaufort en 2014.

Arrendamiento de tierras para extracción de petróleo y gas en el océano Ártico

A pesar de su espectacular vida silvestre, el mar de Chukchi recibe una gran presión de las partes interesadas en el desarrollo potencial de las actividades de petróleo y gas, en especial cuando el hielo marítimo se derrite.

Un gran paso hacia adelante...
En enero llegaron buenas noticias para ciertas zonas de los mares de Chukchi y de Beaufort: el presidente Obama retiró de forma permanente a varias zonas de la lista de arrendamiento para actividades de petróleo y gas. Las zonas que eligió el Gobierno son importantes para la subsistencia y ofrecen un hábitat clave para las aves y la vida silvestre.  Sin embargo, otras áreas importantes en el océano Ártico permanecen vulnerables a las perforaciones. La medida del presidente protege una parte del área de conservación que estableció Audubon, alrededor del banco de Hanna, donde el hielo marítimo se extiende durante más tiempo que en otros lugares, lo que ofrece un hábitat clave para las focas oceladas, las focas barbudas y las focas franjeadas, y, en particular, para las morsas. Los ejemplares de eider común y eiler de Steller migran a través de esta zona, que es una de las pocas áreas documentadas en aguas estadounidenses donde se reúnen las gaviotas marfileñas.

Un paso hacia atrás...
Al mes siguiente, la Oficina de Administración de Energía Oceánica (BOEM, por sus siglas en inglés) publicó una decepcionante revisión de su evaluación de impacto de 2008 acerca de la perforación de casi tres millones de acres en los mares de Chukchi y de Beaufort, a unos 96 km de la costa noroeste de Alaska: La evaluación reconoce un 75 % de probabilidades de que se produzca un derrame de petróleo grave, lo que podría generar las siguientes consecuencias:

  • causar la muerte de numerosos osos polares;
  • causar la muerte de miles de focas, en particular de las crías de la foca ocelada, debido a la exposición al petróleo; 
  • diezmar las poblaciones de aves y afectar a la mayoría de las especies de aves marinas y costeras a nivel poblacional; mitigar estos efectos podría demorar más de tres generaciones;
  • provocar la muerte de unas 60.000 barnaclas y producir graves consecuencias en la población de barnaclas que utilizan la ruta migratoria del Pacífico;
  • generar una “mortalidad a gran escala” de las poblaciones de araos, frailecillos, gaviotas y pardelas.

A pesar del potencial desastre, la BOEM apresuró el proceso de aprobación del plan para permitir que Shell comenzara con la perforación.

Al este del mar de Chukchi, el mar de Beaufort sufre presiones de desarrollo similares, aunque en su caso, los tribunales han intervenido. En 2012, Shell Oil intentó realizar perforaciones de exploración en el mar de Beaufort, cerca del Refugio Nacional de Vida Silvestre en el Ártico, pero la operación estuvo plagada de contratiempos, incluido el hecho de que la plataforma de perforación Kulluk  encalló cerca de la isla de Kodiak en Año Nuevo. Hoy en día, solo un yacimiento cerca de la plataforma continental externa cerca de la costa del mar de Beaufort, alejado de la costa de bahía Prudhoe, produce petróleo, si bien el estado de Alaska ha arrendado distintas zonas de aguas estatales del mar de Beaufort en un radio de 5 km respecto de la costa.

 

Resumen de resultados sobre el Ártico: la posición de Audubon

A pesar de que Audubon no se opone al arrendamiento ni al desarrollo de la industria del gas y del petróleo en distintas áreas del Ártico, existen varios sitios que son hábitats naturales clave; debido a la falta de conocimiento sobre este entorno dinámico, no se debería permitir un desarrollo más profundo. Los mares de Chukchi y de Beaufort son dos de esos sitios tan especiales.

Las probabilidades de un derrame de petróleo en estos frágiles ecosistemas son muy reales, y no existe tecnología alguna para limpiar un derrame en aguas remotas y llenas de hielo. No existe un método actual para responder de forma adecuada a derrames de petróleo en zonas de hielo sólido y roto, y un derrame de gran tamaño a largo plazo podría resultar en un impacto devastador a nivel sociocultural, una erosión de la integridad y de la identidad comunitaria y un trastorno sustancial para la subsistencia, debido a la pérdida de la fauna o a los cambios en las rutas migratorias o en su comportamiento. Las medidas de reducción de daños para prevenir impactos adversos en el medioambiente y en la vida silvestre del océano Ártico no han sido descritas de manera adecuada o realista.

Dada la dificultad para acceder al petróleo y al gas en el Ártico y dados los altísimos riesgos ambientales asociados con un potencial derrame de petróleo, sería razonable no explotar el petróleo y el gas del océano Ártico.

Audubon cree que no se debería permitir el arrendamiento de tierras para la explotación petrolera en el mar de Chukchi hasta que se haya cumplido con lo siguiente:

  • Se haya realizado la investigación necesaria.
  • Se haya trabajado de forma adecuada en el impacto potencial y las medidas de reducción.
  • Se hayan demostrado y probado tecnologías efectivas para la limpieza de derrames de petróleo.
  • Se haya designado un hábitat crítico para todas las especies de la ESA.
  • Se haya adoptado un plan climático en los Estados Unidos y a nivel mundial que reduzca adecuadamente las emisiones de dióxido de carbono.

Como parte del esfuerzo de Audubon para proteger al océano Ártico, Audubon ha iniciado un esfuerzo intensivo con sus socios de conservación para identificar y elaborar mapas de las áreas con mayor importancia ecológica y de uso para la subsistencia en los mares de Chukchi y de Beaufort, además de subrayar la necesidad de proteger dichas áreas. Las conclusiones, basadas en la mejor información científica disponible, se pueden encontrar aquí.

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