El cambio climático es el desafío más grande que nuestra sociedad a nivel global haya enfrentado alguna vez, pero eso también significa que existen innumerables oportunidades para hacer una diferencia. En la edición especial sobre clima de otoño de 2019 de Audubon, les pedimos a las personas que trabajan para abordar la crisis que compartieran sus perspectivas sobre cómo podemos sacar al planeta de su rumbo destructivo, o enfrentar las consecuencias.
Ya sea desde una posición de reconocimiento mundial, como la ex funcionaria de las Naciones Unidas Christiana Figueres, como voluntarios o estudiantes universitarios, como Leif Anderson y Benji Backer, o como profesionales en diferentes campos, como la dramaturga Chantal Bilodeau y la especialista en informática Rebecca Moore, cada uno de estos pioneros señala que existen oportunidades para que todos seamos líderes e inspiración.
Lea y escuche sus palabras abajo. – Los editores
Demond Drummer – Defensor, Green New Deal (Chicago, Illinois)
Un creador de alianzas que está transformando ideas en políticas magníficas.
Todos tenemos estas crisis interrelacionadas en el país. Hay una crisis ambiental. Hay una crisis económica. Y hay una crisis social y política de polarización. La única manera de atacar estas crisis es mediante propuestas audaces que generen un impacto al mismo tiempo.
En 2017, fui seleccionado para postularme para el Congreso. Con respeto, rechacé esta propuesta. Sin embargo, tenía en mente un objetivo mayor de movilización y planificación.
La organización que cofundé (la denominamos grupo de expertos porque es la manera más fácil de explicarla) es New Consensus. Las propuestas que analizamos desafían el binario de izquierda y derecha. La manera de abordar la desigualdad es ser sustentable a nivel ambiental, ya que una economía que explota el medioambiente también explota a la gente. Es por esto que New Consensus tuvo una función líder al crear y popularizar el actual Green New Deal. Estamos trabajando en políticas y planes que nos ayudarán a lograr una sociedad más sostenible, justa y próspera.
La última vez que movilizamos al país por una crisis existencial fue en la Segunda Guerra Mundial; el gobierno federal literalmente construyó fábricas, que luego fueron administradas por empresas privadas. Necesitamos la misma inversión pública masiva hoy para desplegar infraestructura de carga para vehículos eléctricos y pasar a la energía renovable y limpia.
En este momento, New Consensus lleva a cabo muchas investigaciones y desarrolla asociaciones. Nuestra premisa fundadora es que la experiencia y las respuestas ya están allí: nuestro trabajo consiste en reunirlas, crear un amplio apoyo público y expandir lo que consideramos posible. El resultado será un conjunto de proyectos nacionales que inspirarán, unirán y crearán millones de trabajos bien remunerados. La crisis es real; las soluciones son claras. Trabajar de manera gradual no funcionará. Debemos ser audaces y decisivos como país. –Conversación con Kat McGowan
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Chantal Bilodeau – Cofundadora, Climate Change Theater Action (Nueva York, Nueva York)
Escritora y artista que está colocando el calentamiento en la escena principal.
Fui a Alaska por primera vez en 2007 de vacaciones. Había oído sobre la retirada de los glaciares, pero ver la línea en el lateral de una montaña que indicaba cuánto se había achicado el glaciar fue muy gráfico. El cambio climático me preocupaba a nivel personal, pero esto hizo que quisiera abordarlo en mi vida profesional.
Creí que escribiría una obra sobre el cambio climático pero tenía demasiado que decir. Finalmente, me aferré a la idea de que escribiría una novela para cada uno de los ocho países del Consejo Ártico como una manera de explorar los temas desde diferentes ángulos. Por ejemplo, la primera, Sila, habla del impacto del cambio climático en el pueblo Inuit en el Ártico Canadiense. En el invierno, los cazadores Inuit viajan por el océano congelado en rutas que se han pasado de generación en generación. Con la disminución del hielo, dichas rutas se han vuelto poco confiables y hay más accidentes.
Debería haber más dramaturgos que publiquen narraciones sobre el clima para encontrar los escenarios apocalípticos que dominan la historia. Lo que motiva a la gente es una conexión personal. A nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer ni que lo hagan sentir avergonzado.
En 2015, fui cocreadora del proyecto Climate Change Theater Action. Cada dos años, le encargamos a 50 dramaturgos de todos los continentes habitados que escriban una obra de cinco minutos sobre el cambio climático para que se represente en las reuniones de la COP de las Naciones Unidas. Ya hay más de 250 shows planificados en más de 25 países para este otoño.
Cuando escribía Sila, uno de mis modelos fue Angels in America, que trata sobre la crisis del SIDA. El autor era muy bueno al fusionar lo personal con lo político. En la actualidad, no existe algo así como el “teatro gay”; simplemente es parte del teatro. Espero que, en algún punto, dejemos de llamarlo “teatro del cambio climático”. –Conversación con Kat McGowan
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Christiana Figueres – Ex secretaria ejecutiva, Naciones Unidas Convención sobre clima (San José, Costa Rica)
Una negociadora maestra que está reuniendo a la sociedad para evitar el desastre.
Mientras dirigía las negociaciones para lo que se convirtió en el Acuerdo de París de 2015, enfrentaba una situación personal muy dolorosa. Así fue como descubrí el budismo, que ha sido una ayuda increíble. Comprendí que no importa cuán desesperante sea una situación, una catástrofe personal o global, tenemos la posibilidad de resolverla.
Uno de mis dichos favoritos viene del monje y activista Thich Nhat Hanh: “Sin barro, no hay flor de loto”. Si uno no tiene una situación difícil en la que deba luchar, es difícil que algo florezca. Es una elección sobre cómo centramos nuestro pensamiento, nuestro ser, nuestra forma de actuar. Podemos convertir el barro en una flor.
El cambio climático ya está aquí. Para 2030, necesitamos reducir nuestras emisiones a la mitad. La ciencia nos dice que es la última oportunidad de mantenernos por debajo de los 1.5 grados. Todavía está en aumento la tendencia de emisiones y debemos detenernos por completo. En los últimos 50 años, hemos sido agentes de cambios negativos. Pero podemos decidir crear un mundo mejor.
Mi esfuerzo global ahora es Global Optimism, una empresa ambiental para transformar el pesimismo en una nueva posibilidad de cambio. Uno de nuestros proyectos es la Misión 2020, que procura movilizar a todas las personas para tomar medidas de manera mucho más rápida sobre el cambio climático. Otro es el podcast “Outrage and Optimism” (Furia y optimismo). También estamos trabajando con intensidad con el Pacto Global del Alcaldes.
Si bien el problema del cambio climático es complejo y de gran alcance, también es la primera vez que la humanidad puede diseñar el futuro. Hemos desarrollado las herramientas. No hay nada que pueda detenernos. –Conversación con Kat McGowan
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Leif Anderson – Voluntario, Climate Watch y Audubon de Arkansas River Valley (Hector, Arkansas)
Un ávido observador de aves cuyas observaciones de campo demuestran la realidad del cambio.
Me apasiona contar aves y la ciencia ciudadana. También me preocupa mucho el cambio climático, en especial luego de ver el informe de 2014 de Audubon, que trataba sobre la manera en la que 314 especies de América del Norte podrían verse amenazadas o en peligro por el clima. Ese fue un momento revelador. En Arkansas, ya hemos visto algunos cambios en la migración y reproducción de aves. La Sita de Cabeza Castaña está desplazándose al norte. El Ampelis Americano se encontraba en el tercio norte del estado y ahora uno tiene suerte si es que ve uno anidando en el cuarto superior. Uno nota cosas como las que se ven en los bosques.
En 2016, Audubon dio inicio al programa Climate Watch. Esto es algo que cualquier persona puede hacer. Una persona o una división local elige 12 “puntos” del área que sean específicos del hábitat. Dos veces al año, hay un período de un mes en el que uno cuenta determinadas aves en cada punto durante cinco minutos, solo una vez. Enviamos los datos al equipo de Climate Watch. Están analizándolos y descubriendo que algunas especies ya se están adaptando al cambio climático al trasladar su zona de distribución.
El proyecto comenzó solo con sialias y sitas y este año se agregaron rascadores, jilgueros y Azulillos Sietecolores. Es un proyecto divertido y fácil. Uno solo debe conocer las especies de interés. Nunca me imaginé que haría más encuestas de Climate Watch que cualquier otra persona. Con esta última abarqué unas 35 manzanas y probablemente dediqué 50 horas solo a las encuestas. Pero no las considero cifras tan altas. Solo lo pienso como algo que puedo hacer.
El cambio climático es un tema realmente importante. Es fácil para una persona decir: “Me supera. No hay nada que pueda hacer”. Pero si hay 400,000 lectores de Audubon y cada persona realiza una encuesta dos mañanas al año, esto nos da como resultado otras 800,000 encuestas. Y esa cifra sí es alta. –Conversación con Kat McGowan
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Benji Backer – Presidente, Coalición Estadounidense de Conservación (Seattle, Washington)
Un defensor del clima que está eliminando los tabúes políticos.
He sido un activista conservador desde los 10 años; hacía cosas como golpear puertas y realizar llamadas. Al principio, negaba la realidad climática. Pero una vez comencé a conocer sobre medioambiente en la escuela y a partir de una investigación propia, mi vida dio un giro de 180 grados. Ahora soy activista del cambio climático.
En 2017, comencé con la American Conservation Coalition, reclutando a otros activistas de la universidad. Esta coalición educa y moviliza a las personas para que se centren en soluciones ambientales de libre mercado, de modo que realmente podamos lograr que se tomen medidas. Queremos demostrarles a los legisladores conservadores que este es un tema prioritario para los republicanos. Los jóvenes quieren que se tomen medidas ahora. Por lo que he visto, la mayoría de los conservadores creen en el cambio climático. Es solo que los escépticos son los que se hacen escuchar.
Si lo que se intenta es obtener más voces a su favor, necesita políticas y propuestas que los estadounidenses puedan respaldar. ¿Dónde está esa política intermedia que podemos hacer que se apruebe, de modo que podamos demostrarle al mundo cómo se ve una solución climática? La energía hidráulica y solar deben ser parte de la propuesta, dado que pueden ofrecer energía a gran escala en este punto. Y a menudo falta participación empresarial en los debates; esta participación debe formar parte de la respuesta también.
Ya estamos encontrando pequeñas soluciones. Por ejemplo, la American Conservation Coalition trabajó con Audubon y otros para que se promueva la ley de libertad energética de Carolina del Sur para diversificar las distintas fuentes de energía, incluidas las renovables. Ahora debemos tomar ese esfuerzo y hacerlo efectivo a través de políticas nacionales.
Si como país podemos demostrar cómo liderar en un tema importante como el cambio climático una vez más, sería realmente asombroso. Considero que tenemos todas las posibilidades para que esto suceda. –Conversación con Kat McGowan
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Vic Barrett – Demandante en Juliana contra el gobierno de los Estados Unidos (Madison, Wisconsin)
Una estudiante que demanda al gobierno por las generaciones futuras y las personas marginadas.
En el primer año de mi escuela secundaria, deseaba aprender sobre derechos humanos y justicia social. Al ser negra y latina en un lugar de predominancia blanca, no tenía muchas oportunidades. La asociación sin fines de lucro sobre derechos humanos, Global Kids, vino a mi clase a raíz de una campaña sobre el clima. Al principio estaba confundida: ¿Qué tiene que ver el cambio climático con los derechos humanos?
De ellos aprendí más sobre el racismo ambiental y cómo el cambio climático diezma a las comunidades de color en particular. En Honduras, de donde viene mi familia, las personas más afectadas por el cambio climático tienden a tener bajos ingresos y más melanina en la piel.
Creo que mi rareza y el ser afro-latina y afro-indígena hace que tenga empatía con las personas con identidades marginalizadas que sufren a diario por el cambio climático.
Con Global Kids y otras asociaciones sin fines de lucro, me involucré en la organización de acciones directas en la Ciudad de Nueva York; por ejemplo, realizamos algunas intervenciones en lugares como Central Park. Al ver que realizaba trabajos con algunos políticos, Our Children’s Trust se acercó a mí en 2015. Me uní a otros jóvenes para demandar al gobierno de los Estados Unidos por este aporte directo a la crisis del clima mundial, afirmando que esto violaba nuestros derechos constitucionales a la vida, a la libertad y a la propiedad. Parecía una oportunidad increíble para tomar los hechos y exponerlos delante de los sistemas más grandes que tenemos.
En los últimos cuatro años, la demanda ha desarrollado mi activismo y mis logros académicos. Esto ha cambiado mi vida por completo. No se trata únicamente de nuestro grupo de 21 personas que entabla una demanda para su propio beneficio, sino de un movimiento más grande en todo el mundo; un movimiento en el que los jóvenes están al frente. –Conversación con Kat McGowan
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Rosabel Miró – Directora ejecutiva, Sociedad Audubon de Panamá (Ciudad de Panamá, Panamá)
Una líder comunitaria que revela el valor de los bosques costeros.
Veinticinco años atrás era solo una observadora de aves. Fui a una reunión de Audubon de Panamá y me convertí en miembro. Más tarde me ofrecí como voluntaria para conservar los humedales, los manglares y las marismas en la Bahía de Panamá. Aprendí que era el área más importante de América Central para las especies migratorias, algunas de las cuales están disminuyendo en cantidad. Las marismas anchas son ideales para la búsqueda de alimentos y las escalas durante todo el año y las hojas de los manglares alimentan a animales pequeños en las marismas que representan comida para las aves costeras.
Nuestras últimas encuestas indicaron que esta área es aún más importante de lo que habíamos creído. Por lo tanto, con la Sociedad Nacional Audubon, estamos en el proceso de implementar un plan de acción climática para conservar los manglares de la Bahía de Panamá y la Bahía Parita y obtener apoyo de las autoridades locales.
Los manglares están amenazados por la contaminación y la conversión de humedales para otros usos. Parte del proyecto consistirá en un análisis económico para mostrarle a nuestro gobierno la importancia de estos árboles, no solo para las aves, sino para las personas, en especial a medida que el clima cambia. Los manglares son la primera barrera contra los fuertes vientos y las olas y pueden detener la erosión. Las raíces son el lugar en el que las especies marinas importantes a nivel comercial pasan las primeras etapas de sus vidas. Los árboles absorben el carbono.
En Panamá, nuestras temporadas secas son más secas que antes y las húmedas son más húmedas. Creo que no estamos realizando un esfuerzo verdadero en este país para que el problema sea más visible; no estamos concientizando a la gente sobre la necesidad de pensar en cómo adaptarse a los cambios que se vienen. Lo que deseo y lo que necesitamos es involucrar a más niños y comunidades y darles el conocimiento y las herramientas para convertirse en líderes del futuro. –Conversación con Kat McGowan
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Rebecca Moore – Directora, Google Earth (Los Gatos, California)
Una especialista en informática que está brindándole información a la gente.
Perdí a mi padre y a mi hermano hace casi 20 años. Ambos generaron impactos sociales y ambientales a través de su trabajo y eran mis héroes; fue un llamado de atención.
Soy una activista reticente, no es natural en mí, pero amo la naturaleza y a mi comunidad. En 2005, recibí una notificación pública con la intención de cosechar la madera que estaba cerca de mi hogar. Esta notificación enterraba detalles que indicaban que se podría cortar más del 60 por ciento de la plataforma más grande de secoyas de gran edad en el país. Pensé: “¿Cómo puedo yo, una especialista en informática, ayudar a la gente a comprender lo que está en riesgo?”
Un grupo comunitario y yo hicimos un mapa digital del bosque y establecimos que el plan no calificaba para el permiso. Ver el poder de las imágenes satelitales fue impactante. A menudo, los debates ambientales incluyen a partes apuestas arrojándose hechos y cifras unos a otros. Cuando uno le muestra a las personas el mundo real, comprenden temas complejos en segundos.
Google me contrató porque yo tenía la visión de que Google Earth podía democratizar el acceso a la información; que cualquiera podría comentar sobre el planeta para crear impacto. Aprendí que la deforestación tropical representa grandes emisiones de carbono. Sin embargo, no había información sobre bosques que fuera precisa, actual y transparente. Los satélites recopilaban información pero necesitábamos liberarla. Eso condujo al servicio Google Earth Engine, a fin de permitirles a los científicos realizar análisis como este a escala.
Una manera de ayudar a mantener el calentamiento por debajo de los 1.5 grados Celsius es agregar mil millones de hectáreas de bosque al planeta. Un estudio reciente que usa el motor de búsqueda de Google Earth demuestra a dónde podemos plantar esos árboles.
De eso se trata mi trabajo: utilizar la tecnología como un puente desde la ciencia hasta las soluciones. Cuando todos tengan la misma información, podemos utilizarla colectivamente para aprovechar la voluntad política. –Conversación con Kat McGowan
Este artículo se publicó originalmente en la edición de otoño de 2019 como “Trailblazers” (Pioneros). Para recibir la revista impresa, hágase miembro hoy mismo realizando una donación.