Cómo dos tuberías antiguas pusieron a los Grandes Lagos (y sus aves) en peligro

La preocupación de los ambientalistas sobre un oleoducto de décadas de antigüedad que se extiende bajo el agua de Michigan los ha inspirado a mantener un control más cercano sobre la vida silvestre local.

El otoño pasado, miembros de la Petoskey Regional Audubon Society de Michigan se unieron a Mackinac Straits Raptor Watch para llevar a cabo su primera encuesta sobre aves acuáticas que migran a través de los Estrechos de Mackinac, una franja de agua de cinco millas de ancho que conecta el Lago Michigan y el Lago Huron. “En realidad, los patos y las aves playeras son las que más nos preocupan”, dice el presidente de PRAS Darrell Lawson. “A causa de Línea 5, decidimos que deberíamos empezar a estudiar la migración de las aves acuáticas”.

Hasta hace cuatro años, pocas personas en Michigan sabían que un par de oleoductos, parte de un sistema llamado Línea 5, se extendían a través del fondo de los Estrechos de Mackinac, transportando más de 500,000 barriles de crudo y gas natural líquidos al día. Pero en 2012, la Federación Nacional para la Vida Silvestre publicó un informe que planteó preguntas sobre la integridad de las tuberías, que datan de 1953 y advirtió acerca del riesgo de un derrame de petróleo en el Estrecho, donde las fuertes corrientes submarinas, olas altas y el hielo del invierno podrían obstaculizar los esfuerzos de respuesta. Desde entonces, ha aumentado la preocupación acerca de la sensatez de confiar en acero viejo de menos de una pulgada como única barrera entre los Grandes Lagos y miles de litros de petróleo.

“El potencial para un catastrófico derrame de petróleo. . . este es el tipo de escenario que simplemente no podemos considerar”, dice Liz Kirkwood, el directora ejecutiva de For Love of Water (Por el Amor del Agua), conocida como FLOW, uno de una serie de grupos que han creado la coalición Oil and Water Don’t Mix (El Petróleo y el Agua No se Mezclan) para detener el flujo de petróleo a través de la Línea 5. Enbridge, que opera la Línea 5, ha insistido en que la tubería se encuentra en excelentes condiciones. Pero la empresa tiene antecedentes en el estado: en 2010 un oleoducto de Enbridge se rompió y se derramaron más de 800,000 galones de petróleo de arenas de alquitrán en un afluente del Río Kalamazoo.

Poco a poco, el gobierno estatal ha ido tomando medidas para tomar una decisión sobre cómo proceder en la cuestión de la Línea 5, incluyendo la designación de un consejo asesor que ha solicitado una revisión acerca de los riesgos de un derrame y de alternativas posibles a la tubería.

Pero FLOW y otros grupos creen que el estado debería adoptar medidas provisionales —tales como detener o reducir el flujo de petróleo— en el ínterin. “El estado de Michigan y la oficina del Procurador General tienen que satisfacer su obligación legal como fiduciarios públicos”, argumenta Kirkwood, “y asegurarse de que nuestras aguas no están en peligro”. (Para añadir su voz a la petición del desmantelamiento de la Línea 5, visite oilandwaterdontmix.org).