Hace mucho tiempo había algunas ideas muy creativas sobre el lugar en el que desaparecían las aves durante los meses de invierno. ¿Las aves migraban a la luna? ¿Se transformaban en otras especies? ¿Invernaban bajo el agua? Para responder a estas preguntas, las personas comenzaron a marcar aves para ver si un espécimen individual regresaba al año siguiente. Esta técnica finalmente condujo a una tecnología analógica muy eficaz conocida como anillado, que se usa ampliamente en la actualidad.
Desarrollado a principios del siglo XX, el anillado de aves utiliza anillos metálicos o de color en las patas o bandas alares de color marcadas con un número o código alfanumérico único como método para documentar los reencuentros de aves individuales. Los anillos son asequibles, confiables y extremadamente livianos (los más pequeños pesan solo 0.001 gramos) y se pueden usar en aves de todos los tamaños y especies, desde colibríes hasta águilas. En América del Norte, el Laboratorio de Anillamiento de Aves del Servicio Geológico de EE. UU., establecido en 1920 por científicos visionarios, es una piedra angular para la conservación e investigación de las aves. En los últimos 100 años, se han colocado aproximadamente 77 millones de anillos y se han registrado más de 5 millones de reencuentros. Esta investigación ha generado algunos conocimientos sorprendentes sobre las aves y sus vidas. Por ejemplo, nos habla acerca de que el ave anillada viva más antigua que se conoce es un Albatros de Laysan de 70 años llamado Wisdom (sabiduría) que eclosionó su cría número 39 el año pasado. Con registros impresionantes como este, hay mucha sabiduría capturada en este extenso conjunto de datos.
El Dr. Antonio Celis-Murillo es el Jefe del Laboratorio de Anillamiento de Aves, ubicado en el Centro de Ciencias Ecológicas del Este del USGS en Maryland. A lo largo de su carrera, ha estudiado la ecología y el comportamiento de las aves con el objetivo general de mejorar los esfuerzos de conservación. “Las aves son buenos indicadores de la salud del medioambiente porque son sensibles al cambio de hábitat. Los cambios en las poblaciones de aves pueden indicar problemas medioambientales, como los efectos de las condiciones meteorológicas extremas o el desarrollo humano, que podrían afectar otras partes del ecosistema”, afirma.
Celis-Murillo no está solo en su pasión por la investigación del anillado de aves. Miles de anilladores capacitados dedican tiempo cada primavera y otoño a anillar y recuperar aves. Cada año, se envían 1.2 millones de nuevos registros de anillamiento desde las estaciones de anillado en los EE. UU. y Canadá, lo que produce alrededor de 100,000 informes de aves que se han encontrado. El Dr. Nat Seavy, director de ciencia de la migración de Audubon, explicó: “Mis aves de jardín son viajeras internacionales, pero también son aves de jardín para muchas otras personas en el camino. Agregar millones de registros de anillamiento al ExplorAves nos permite visualizar estos datos, apreciar la maravilla de la migración de las aves y explorar nuestra conexión con lugares y culturas lejanos en todo el hemisferio”.
Este abundante conjunto de datos permite a los científicos comprender los patrones de migración, la conectividad de las poblaciones, la fidelidad al sitio, la duración de la vida, las enfermedades de la vida silvestre y los contaminantes medioambientales. Los datos de anillamiento avalaron los objetivos de conservación de la tierra y recuperación de especies y ayudaron a establecer regulaciones de caza. El mapeo de los datos nos muestra cómo las aves conectan los paisajes y puede ayudar a identificar las áreas problemáticas para las poblaciones en declive. Cuando se le preguntó sobre la importancia del Laboratorio, Celis-Murillo transmitió su perspectiva histórica de que “a pesar de muchos obstáculos como la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Gran Depresión y los cambios en las administraciones y las reorganizaciones federales, entre muchos otros acontecimientos importantes de la historia, la misión del Laboratorio de Anillamiento de Aves se mantiene constante para apoyar la investigación sobre la conservación de las aves en los Estados Unidos y Canadá”.
“No hay duda de que las aves brindan alegría y que son clave para involucrar a las personas y a la sociedad en la apreciación de la belleza de la naturaleza y la conservación”, comenta Celis-Murillo. Por eso el Laboratorio de Anillamiento de Aves es un importante proveedor de datos para la Iniciativa de Aves Migratorias de Audubon, ayudándonos a lograr nuestro objetivo de involucrar a las personas en la alegría de la migración y proteger los lugares que más necesitan las aves en toda su zona de distribución”.
Usted puede contribuir a la Iniciativa de Aves Migratorias y la investigación más amplia sobre las aves informando sobre las aves anilladas que encuentre en www.reportband.gov y tomando medidas para proteger a las aves. Obtenga más información en www.audubon.org/migration.