Por qué a las aves gordas les va mejor haciendo bebés

Un nuevo estudio muestra que algunos chipes acumulan kilos (o mejor dicho, gramos) para mejorar sus oportunidades de tener crías.

Durante la migración de primavera, algunas aves hacen su recorrido con más grasa de la que necesitan para sobrevivir sus largas y duras jornadas. Es una dieta que ha intrigado a los científicos por décadas. Pero ahora, un nuevo estudio publicado esta semana en The Auk: Ornithological Advances, parece haber encontrado la razón por la que las aves acumulan todos esos rollitos extra.

Las aves, al parecer, acumulan peso extra para poder enfrentar el costo energético de hacer bebés, una vez llegado el momento de reproducirse.

“Una teoría dice que acumulan grasa en caso de que lleguen antes de tiempo a su destino y no haya suficiente comida disponible aún. Y luego está la hipótesis de que acumulan grasa para poder reproducirse. Nosotros encontramos una correlación para esta última teoría”, dijo Mark Deutschlander, biólogo de la Universidad de Hobart y William, y coautor de la investigación.

Deutschlander y su equipo analizaron datos de 12 especies de chipe —incluyendo el chipe azulnegro, el chipe de cabeza gris, y el chipe rabadilla amarilla— que habían sido capturados entre 1999 y 2012 en el Observatorio de Aves de Braddock Bay, en Nueva York. La estación está cerca del sitio donde las aves se reproducen, en los bosques boreales de Canadá.

Al medir sus depósitos de grasa y sus índices de masa a escala (un indicador similar al índice de masa corporal en humanos), los científicos se dieron cuenta de que las hembras tenían siempre mayores reservas de grasa y energía que los machos. La diferencia más grande la encontraron en el chipe cabeza negra, una especie en la que las hembras tenían 18 por ciento más peso que los machos. El hallazgo tiene sentido desde el punto de vista biológico: producir huevos requiere de mucha más energía que producir esperma.

Basándose en los cálculos de índice de masa a escala, los científicos también encontraron que ambos sexos acumulaban más energía en la primavera que en el otoño. Tal como lo hacen las hembras, los machos necesitan prepararse para la temporada de apareamiento: “Vigilan su territorio activamente, cantan por horas a ‘todo pulmón’… Por eso pensamos que las aves están en mejor forma cuando llegan durante la primavera que cuando se van, en el otoño”, señala Deutschlander.

Adicionalmente, el análisis encontró que 11 de las 12 especies estudiadas tenían más energía cuando llegaban a su destino ya iniciada la temporada, y no cuando llegaban con semanas de anticipación. Esto contradice la idea de que las aves usan la grasa como respaldo en caso de que no haya suficiente alimento. En su lugar, la energía es invertida en reproducirse.

¿Significa esto que las aves más gordas tienen sexo más frecuente y de mejor calidad? No necesariamente. Pero sí saben que si quieren tener montones de bebés, lo mejor que pueden hacer es seguir comiendo.