La página que intenta visitar sólo está disponible en inglés. ¡Disculpa!
The page you are about to visit is currently only available in English. Sorry!
México ha iniciado oficialmente el proceso para construir su propia Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves (ENCA), una iniciativa urgente y necesaria para proteger a las aves, los ecosistemas, culturas y territorios que compartimos con ellas.
Y es que México es hogar de más de 1,130 especies de aves, varias de ellas endémicas y profundamente ligadas a la historia natural y cultural de sus regiones. Desde la cotorra serrana (Rhynchopsitta terrisi) que vuela en los bosques de la Sierra Madre Oriental, hasta el colibrí tijereta mexicano (Doricha eliza) que danza en el sureste, las aves locales polinizan, controlan plagas y dispersan semillas. También habitan nuestras leyendas, acompañan la memoria de los pueblos y dan sentido a muchos paisajes. Protegerlas es cuidar ese lazo vivo entre naturaleza y cultura.
Tomando como referencia los procesos impulsados en Chile y Colombia, México inicia este camino con un enfoque colaborativo, científico y participativo. La ENCA busca sentar las bases para una política pública que reconozca a las aves como especies clave para la conservación de los ecosistemas y también para el bienestar humano.
El primer paso de este proceso se dio el pasado 2 de octubre, en el marco del XXII Congreso para el Estudio y Conservación de las Aves de México, con la realización del simposio y mesa de diálogo “Hacia una Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves en México”, realizado en la Universidad Autónoma de Baja California.
La sesión fue facilitada por Adrián Varela y Lizeth Álvarez de Pronatura Noreste, Vicente Rodríguez de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y Sofía Lorda de Audubon.
Esta mesa representó un primer ejercicio de lo que se desarrollará en los talleres regionales. Se presentó el proceso de la ENCA, se expusieron los mecanismos de conservación que ya existen en México y se presentó la metodología que guiará la planificación de la estrategia: los Estándares Abiertos para la Práctica de la Conservación.
Durante su participación, Sofía Lorda, quien abrió la sesión con una introducción al proceso, señaló: “Las ENCA son una oportunidad para impulsar el desarrollo sostenible, usando a las aves como especies paraguas para promover la protección de ecosistemas esenciales para el bienestar humano”.
En el espacio de trabajo grupal, quienes participaron se dividieron por región, cada grupo compartió experiencias y saberes desde su territorio, y se presentaron los valores focales propuestos: aves endémicas o amenazadas, aves playeras y acuáticas, aves marinas, aves migratorias y sus rutas, así como aves de bosques, selvas y pastizales.
También se realizó un análisis colectivo para identificar amenazas y plantear estrategias por grupo. Entre los temas más mencionados estuvieron la pérdida de hábitat, el cambio climático y la contaminación. Se reiteró que ya existe una gran cantidad de información disponible, por lo que se propuso fortalecer el trabajo colaborativo entre sectores y territorios para diseñar estrategias amplias y compartidas.
Otro punto relevante fue la importancia de asegurar la participación de más personas y sectores, incluyendo gobiernos locales, comunidades remotas y organizaciones con presencia territorial. Se discutió cómo acercarse a estos espacios y qué dinámicas pueden impulsarse desde el territorio para asegurar que las voces locales participen y sean escuchadas.
El interés por involucrarse en el proceso fue alto, y el ejercicio fue valorado como un paso positivo hacia una estrategia construida de manera colectiva y representativa.
Un modelo con visión regional
La experiencia de Audubon en América Latina, como organización que ha apoyado activamente estas iniciativas, ha mostrado que las estrategias nacionales para la conservación de aves pueden convertirse en catalizadores para transformar políticas públicas. En Chile, la ENCA fue liderada por el gobierno y hoy ya es política pública. En Colombia, surgió desde la sociedad civil y actualmente cuenta con una ley que impulsa el aviturismo y la conservación. De allí que ahora Audubon se sume al desarrollo de la ENCA en México y promueva en otros países de la región acciones similares.
Ambos procesos, cada uno de los cuales tomó en promedio dos años, nos dejan lecciones valiosas, como la necesidad de incluir a sectores que tradicionalmente han estado lejos de la conservación, como minería, energía o infraestructura. Todo esto a través de mesas de trabajo que promuevan el diálogo y la corresponsabilidad.
También se priorizó la inclusión de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas desde las fases de diseño y validación, reconociendo su rol fundamental en la gestión territorial y el conocimiento ecológico.
México: oportunidad y compromiso
La ENCA busca articular múltiples sectores e intereses con base en la mejor ciencia disponible. Su objetivo es doble: fortalecer capacidades locales y transversalizar la conservación en políticas públicas, sistemas productivos y decisiones territoriales. Se planea actualizar cada diez años, adaptándose a los contextos y desafíos emergentes.
Este enfoque regional, multisectorial y adaptativo ha sido probado con éxito en otros países y México tiene ahora la posibilidad de consolidar su liderazgo regional cuidando un patrimonio natural que compartimos con América del Norte y otras regiones migratorias clave.
Audubon destaca que este proceso, con sus particularidades y realidades de contexto, representa un paso clave hacia una conservación más inclusiva, efectiva y alineada con los objetivos globales de protección de la biodiversidad. Las aves son aliadas estratégicas para lograrlo.
Este es solo el inicio: lo que se está gestando aquí tiene alas para volar lejos.