Nace en Louisiana la primera Grulla Blanca salvaje desde la Segunda Guerra Mundial

¿Es posible que una grulla bebé albergue las esperanzas de una especie entera en peligro de extinción?

Actualización: El miércoles, los recientes padres de la grulla trompetera de Lousiana volvieron a hacer historia cuando dieron la bienvenida a su segunda cría.

El nacimiento de cualquier ave es causa de celebración, pero la llegada de una cría de patas largas en Louisiana esta semana es particularmente especial: es la primera grulla blanca nacida en el estado en 75 años.

La última vez que estas aves, de cuellos largos y rostros rojizos, se reprodujeron con éxito en el estado, Franklin D. Roosevelt era presidente, Ernest Hemingway escribía novelas y Estados Unidos estaba al borde de involucrarse en la Segunda Guerra Mundial. La caza descontrolada a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y una pérdida extrema del hábitat devastaron las poblaciones de la grulla blanca y, para 1941, menos de dos docenas de aves quedaban en el mundo. Cuando se aprobó la Ley para la Preservación de las Especies en Peligro de Extinción en 1966, la especie estuvo entre las primeras que obtuvieron protección federal.

Afortunadamente, mucho ha cambiado en las décadas desde que las grullas blancas desaparecieron de los humedales de Louisiana. Los programas de reproducción en cautiverio y los proyectos de restauración han ayudado a incrementar el número de individuos a aproximadamente seiscientos, la mayoría de los cuales migra entre el Parque Nacional Búfalo de los Bosques, en Canadá, y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Aransas, en Texas.

Hace cinco años, el Departamento de Fauna y Pesca de Louisiana (LDWF, por sus siglas en inglés) se agrupó con una coalición de organismos estatales y federales para reincorporar el ave al pantano a través de un programa de repoblación a quince años. En la primavera de 2011, diez jóvenes criados en cautiverio fueron liberados en la Zona de Conservación de Humedales de White Lake en Vermilion Parish, Louisiana, y cada año desde entonces, LDWF ha agregado nuevos jóvenes a la población. Aunque los programas de reproducción en Wisconsin y Florida entrenan a las grullas blancas para que migren, estos residentes anuales pasarán sus vidas en la Costa del Golfo, del mismo modo que lo hicieron sus ancestros de Louisiana durante generaciones. Las aves son monitoreadas de cerca con ayuda de propietarios y aliados conservacionistas locales, y se han instalado en el Santuario de Vida Silvestre Paul J. Rainey de Audubon Lousiana, que tiene una extensión de 26.000 acres. Pero el programa ha sufrido una serie de contratiempos, incluyendo la nidificación fallida y la caza ilegal de cinco grullas.

Las grullas blancas toman sus relaciones en serio,
lo cual complica aún más las cosas. Puede tomar entre tres y cinco años para que una grulla alcance la madurez reproductiva y escoja una pareja y, ya que los pares generalmente solo tienen una cría que sobrevive, la pérdida de una sola ave puede tener un gran impacto en toda la especie. La bandada de White Lake realmente necesitaba una buena temporada de apareamiento.

Así que los conservacionistas vieron una luz de esperanza cuando una pareja de grullas blancas comenzó a atender su nido con esmero el pasado marzo. “Teníamos un buen presentimiento con respecto a ellos”, dijo Sara Zimorski, bióloga de LDWF y líder del proyecto de grullas blancas de Louisiana. Esta es la primera vez que los jóvenes amantes (de solo dos y cuatro años de edad) se posaron juntos, pero ya han establecido altas expectativas para otras parejas que nidifican en la zona. “Han estado muy conectados con la incubación y el cuidado de los huevos y el nido. Parece que hacen una muy buena pareja”, dice Zimorski. La primera cría finalmente rompió el cascarón el lunes.

La nueva grulla blanca aún tiene mucho que recorrer antes de que se la pueda agregar oficialmente al conteo de la población. “Las grullas blancas tardan unos tres meses en emplumar”, dice Zimorski. “Crecen rápidamente, pero también son muy vulnerables hasta que pueden volar”. Actualmente, se estima que hay cuarenta y dos individuos en el estado. Con suerte, en tres meses, esa cantidad se elevará a cuarenta y tres.

Corrección: en una versión previa de este artículo, se confundió el Parque Nacional Búfalo de los Bosques con el Parque Nacional Oso de los Bosques.